Esto dependerá básicamente del tipo de incontinencia, de ahí que el estudio urodinámico es muy importante para precisar el tipo de incontinencia que tiene cada paciente. Bajo esa perspectiva, la incontinencia de urgencia o de vejiga hiperactiva se puede tratar con fármacos que aumenten la continencia. Existe también el tratamiento quirúrgico, que está recomendado en la corrección de un adenoma de próstata, en una incontinencia por rebalse o a la corrección de un piso pelviano alterado por un prolapso, que con la corrección quirúrgica puede mejorar ostensiblemente la continencia urinaria. Sin embargo ambos tratamientos se deben complementar con ejercicios del piso pelviano. Cuando se está en una condición de irreversibilidad es recomendable el apoyo con pañales y/o calzones que permitan mejorar la autonomía de las personas.
Tanto el control como su cura, dependerán del tipo de incontinencia. “Tiene que ver con los daños y no con los años”, ya que una mujer de cuarenta años también puede sufrir de incontinencia.
La prevención de la incontinencia dependerá del tipo de ésta, bajo esa perspectiva en el caso de la incontinencia por alteración del piso pelviano, ayudará una terapia de reemplazo hormonal temprana, también sirven los ejercicios del piso pelviano y, además, el hecho de cortar el chorro mientras se orina sirve para ejercitar el esfínter. Los ejercicios se pueden realizar sin importar la edad.
La incontinencia de urgencia, que en este caso se puede presentar entre los 55 y 65 años aproximadamente.
Existen tres factores que pueden influir en el desarrollo de la incontinencia urinaria. En primer lugar están los factores anatómicos, como la pérdida de continuidad del piso pelviano y la falta de órganos provocada por una histerectomía. En segundo lugar están los factores funcionales, como las secuelas de un accidente cerebro vascular y cuadros demenciales. Finalmente encontramos los factores secuelares como el crecimiento fisiológico por ejemplo el adenoma de próstata.
Para detectar efectivamente la incontinencia urinaria, se utiliza el historial y el estudio urodinámico. Para la incontinencia fecal en cambio, se suele realizar la manometría rectal. Además se debe evaluar otros exámenes como: exámenes generales de orina, deposiciones, exámenes para descartar diabetes y las electromiografías.
Son cuatro tipos de especialidades, las idóneas para tratar la incontinencia en los adultos mayores: geriatra, urólogo, ginecólogo y neurólogo.